La fibromialgia, un dolor de pies a cabeza

El Dr. Javier Del Longo entrevista a la reumatóloga Dra. Vanesa Paris
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor en los músculos, lo que llamamos músculo esquelético, que es generalizado y que tiene como una exagerada hipersensibilidad que duele más de lo que debería doler. Hay puntos en el área corporal que genera mucho dolor. Estos puntos definidos se los llama tender points. El tema es que no hay una alteración orgánica que muchas veces demuestre lo que está pasando. Se asocia también con otros síntomas como la fatiga, el sueño, que no es un sueño reparador y también otros trastornos reumatológicos e incluso psiquiátricos. Se dice que puede afectar entre el 2 y el 5 por ciento de la población general.
Hoy en La salud de nuestra gente, la doctora Vanesa Paris, quien es reumatóloga, trabaja en el sector de reumatología del Hospital Madariaga y también en su consultorio particular, nos va a contar más acerca de esta patología.
» Podríamos definirla como un síndrome de sensibilización central que se caracteriza, como bien decías, por un dolor musculoesquelético difuso, crónico, no articular, que se caracteriza a su vez por tener regiones anatómicas o puntos específicos dolorosos a la palpación, que se acompaña a su vez por trastornos del sueño, fatiga y generalmente también trastornos cognitivos.
Es una enfermedad porque está reconocida como una enfermedad que afecta predominantemente a las mujeres, más o menos en una relación 8 a 1 y la edad más frecuente de aparición de la misma es más o menos entre los 30 y los 50 años, pudiendo ver pacientes mucho más jóvenes, inclusive niños y gente más más grande. Generalmente los pacientes con fibromialgia llegan al reumatólogo con una demora importante, a veces de años. Son pacientes que llegan a la consulta con bolsas de estudios porque ya consultaron al traumatólogo, ya fueron al neurólogo, fueron al gastroenterólogo y así porque tiene un gran abanico, hay muchísimos síntomas. El 100 por ciento de los pacientes tiene ese dolor musculoesquelético generalizado, pero también tiene fatiga, astenia, debilidad, tiene hormigueo, parestesias. Por eso consultan mucho con el neurólogo, tienen mucho dolor de cabeza, tienen alteraciones, por ejemplo, en el ritmo evacuatorio. Pueden tener sensación de cistitis, como problemas urinarios, hipersensibilidad a la luz, a los sonidos, al cambio climático, sensación de manos hinchadas, rigidez por la mañana y los trastornos de ansiedad, depresión. Son pacientes que deambulan por casi todas las especialidades y no tienen un diagnóstico, ya vienen con una historia de dolor de mucho más de tres meses de evolución. Son muy poquitos los pacientes que llegan con una corta evolución de su enfermedad».
Cómo te orientas en el diagnóstico más apropiado, más preciso, más adecuado?
» Generalmente son pacientes que ya traen en un montón de estudios. Nosotros lo que buscamos siempre es, como no existe un laboratorio o un estudio específico para diagnosticar la enfermedad, los estudios que uno va solicitando son para descartar otras patologías que puedan tener los mismos síntomas. Lo que hacemos es si el paciente tiene una historia, por ejemplo, de dolor de cabeza crónico, cefalea acompañado de dolor físico, dolor músculo esquelético, vemos que la imagen es normal, que fue al otorrino, por ahí sus zumbidos, porque muchos pacientes tienen ese síntoma.
Vamos viendo que no hay una patología orgánica, vamos a ir orientando el diagnóstico y también, por lo menos en la práctica diaria, interrogo mucho al paciente y voy buscando a ver si puedo encontrar el detonante de cuándo empezó esto. Hace cuánto que estás así? Y así voy mirando muchos años para atrás, voy encontrando, tal vez con vivencias traumáticas de la infancia o historias de abuso, historias de violencia física, violencia psicológica o un trastorno familiar en este momento, o una situación estresante, tanto laboral como familiar, un fallecimiento, una pérdida de algo y a partir de ahí arranca con ese tipo de dolor. Llegamos a un diagnóstico, existe un tratamiento para pacientes y yo siempre les explico a mis pacientes que existen tres pilares para el tratamiento, como tres patas de una mesa para que la misma está estable, y cuando algunas de esas patas fracasa, ellos nunca van a estar óptimos. Si uno de esos pilares es el fármaco que el médico, de acuerdo a sus síntomas, sí tiene depresión o no vamos a iniciar con un tipo de tratamiento, llámese antidepresivo, llámese anticonvulsivantes, justamente por el sitio de donde debe actuar el fármaco, ya que decimos que tenemos una sensibilización central.
Otra pata es la actividad física, le pedimos a nuestros pacientes que hagan sobre todo ejercicios de elongación. Está muy recomendado, tiene evidencia. Pilates, tai chi, yoga, se puede caminar, se puede hacer actividad de bajo impacto como natación, aquagym, pero sobre todo ejercicios de elongación. Y el otro pilar sumamente importante es la psicoterapia. Sobre todo buscamos que puedan hacer una terapia cognitivo conductual, que es la que demostró tener impacto en mejorar el dolor y la calidad de vida de los pacientes. Y el tercero, como ya dijimos, el fármaco que el médico, de acuerdo a los síntomas del paciente o a su experiencia clínica también, elige iniciar con uno u otro, porque nuestros pacientes lo que tienen es una alteración en el procesamiento del dolor. Entonces, como está alterado el procesamiento de dolor, estímulos no dolorosos, para ellos lo son. Porque el umbral del dolor del paciente con fibromialgia es bajo. Nosotros necesitamos que los fármacos actúen a ese nivel».
Para que la gente entienda, no les va a servir mucho en el primer tratamiento, los analgésicos comunes que se pueden comprar en cualquier lado, sino que lo que más conviene es que consulten con una especialista que les diagnostique y que los pueda orientar para el tratamiento integral del cual estás hablando.
«Exacto. Ningún paciente es igual a otro. Por eso yo siempre les digo no se comparen con los medicamentos, porque cada uno es diferente. De acuerdo a los síntomas que tienen, vamos a poder elegir qué terapia es mejor para el paciente, siempre acompañado de la psicoterapia y de la actividad física. La pastillita no es mágica, entonces hay que hacer un tratamiento complementario con esas tres patas para que la mesa esté estable».
Dónde trabajando y trabajando?
En el Hospital Madariaga y en forma particular, en la clínica Ambar.