Alzheimer: un análisis de sangre predice su aparición con alta precisión
Científicos suecos y estadounidenses publicaron un prometedor estudio científico de un test sanguíneo más simple, asequible y ampliamente disponible para todas las personas que deseen saber si van a desarrollar la enfermedad.
El nuevo examen de sangre tiene el potencial de hacer que el diagnóstico sea más simple, y menos costoso que los tradicionales, con tanta precisión como los métodos que son mucho más caros o invasivos, informaron los científicos hoy, un paso significativo hacia un objetivo a largo plazo para pacientes, médicos e investigadores de demencia.
El examen tiene el potencial de hacer que el diagnóstico sea más simple, más asequible y ampliamente disponible para todas las personas. La clave del mismo radica en que la prueba determinó si las personas con demencia tenían Alzheimer en lugar de otra afección. Y también identificó signos de la enfermedad degenerativa y mortal 20 años antes de que se esperaran problemas de memoria y pensamiento en personas con una mutación genética que causa la enfermedad de Alzheimer, según una investigación publicada en JAMA y presentada en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer.
El test se podría desarrollar dentro de los próximos 2 o 3 años
Las personas con Alzheimer tenían siete veces más de la proteína tau, llamada p-tau217, que la prueba midió que las personas sin demencia o aquellas con otros trastornos neurológicos, como la demencia frontotemporal, la demencia vascular o la enfermedad de Parkinson.
“Este análisis de sangre predice de manera muy precisa quién tiene la enfermedad de Alzheimer en el cerebro, incluidas las personas que parecen ser normales. No es una cura, no es un tratamiento, pero no se puede tratar la enfermedad sin poder diagnosticarla”. Y el diagnóstico preciso y de bajo costo es realmente emocionante, por lo que es un gran avance”
Actualmente, los diagnósticos de Alzheimer se realizan principalmente con evaluaciones clínicas de la memoria y el deterioro cognitivo, así como entrevistas con familiares y cuidadores de los pacientes. Los diagnósticos a menudo son inexactos porque los médicos tienen problemas para distinguir el Alzheimer de otras demencias y afecciones físicas que implican un deterioro cognitivo.
Medidas como las tomografías PET y los golpes espinales, costosos y a menudo no disponibles, pueden detectar niveles elevados de proteína amiloide, que se acumula en placas en los cerebros de las personas con Alzheimer, y ha habido un progreso reciente en los análisis de sangre para amiloide. Pero el amiloide solo no es suficiente para diagnosticar el Alzheimer porque algunas personas con niveles altos no desarrollan la enfermedad.
Una enfermedad progresiva
Es la principal causa de demencia en todo el mundo. La enfermedad de Alzheimer, descrita por primera vez por el neurólogo alemán Alois Alzheimer, es una enfermedad física que afecta el cerebro. En la Argentina, se estima que 1 de cada 8 adultos mayores de 65 años la padecen, y la cifra alcanza a más de 500 mil personas que lo sufren en total. Sin embargo, se trata de una patología cubierta de un velo de estigma y desinformación, que a lo único que lleva es a retrasar su diagnóstico.
El entorno familiar, social y laboral de una persona diagnosticada con la enfermedad del Alzheimer recibe un fuerte impacto, sobre todo ante los cambios que el padecimiento produce, pues a las personas con estas condiciones les toma tiempo realizar tareas simples, olvidan conversaciones o tienen cambios en su comportamiento.
“El Alzheimer afecta el cerebro impidiendo el normal funcionamiento de las neuronas. Es una enfermedad que progresa lentamente y cuyos síntomas van apareciendo o acentuándose a lo largo de los años. De hecho, los cambios microscópicos en el cerebro empiezan a producirse hasta 15 o 20 años antes de la aparición de estos signos. La sobrevida luego del diagnóstico varía en promedio entre siete y 15 años”