Un estudio italiano indica cómo reducir el 50 % de las víctimas de COVID-19
El estudio médico fue realizado principalmente en el hospital Sant’Orsola di Bolonia, en el centro de Italia, y estuvo dirigido por el doctor Marco Ranieri, que analizó el daño que causa el virus en los pulmones y cómo un diagnóstico precoz puede reducir la mortalidad hasta en un 50 % en pacientes con COVID-19 que puedan desarrollar síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que se asocia con una alta mortalidad.
La investigación involucró a 301 pacientes ingresados en siete hospitales en toda Italia y se basa en la tarea de detectar a tiempo a los pacientes que tienen el llamado “doble daño” en los pulmones. Este problema sucede cuando el virus ha dañado tanto los alvéolos pulmonares como los capilares, ya que el 60 % de los pacientes hospitalizados en cuidados intensivos por estas condiciones mueren.
Pero si este doble daño se descubre a tiempo, mediante dos sencillas pruebas, afirman los expertos, como el diagnóstico precoz y la atención médica pueden salvar muchas más vidas.
“Inscribimos para el estudio a pacientes con ventilación mecánica internados con COVID-19 confirmado por laboratorio y que cumplían con los criterios para SDRA, que fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) entre el 9 y el 22 de marzo de 2020. Todos los pacientes fueron sedados, paralizados y ventilado en modo de control de volumen con ventiladores estándar de UCI. Se realizaron tomografías computarizadas de pulmón y angiografías por tomografía computarizada cuando estaba clínicamente indicado”, detalla el estudio.
“Lo importante es localizar el fenotipo de los pacientes que pueden presentar el doble daño gracias a la medición de un parámetro de función pulmonar y un parámetro de química sanguínea. El primero debe ser localizado en las primeras 24 horas de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y el otro con un simple análisis de sangre”, indicaron y aclararon que las características del SDRA por COVID-19 en comparación con el SDRA clásico, fueron significativamente diferentes con respecto al sexo, el IMC, la incidencia de SDRA leve y grave y la incidencia de neumonía.
Según los especialistas, “el rápido reconocimiento del fenotipo del ‘doble daño’ permite una precisión diagnóstica mucho mayor y una terapia aún más efectiva, reservando las medidas terapéuticas más agresivas para estos pacientes y tratando a los pacientes con “lesión única” con ventilación no invasiva con casco y hospitalización en cuidados subintensivos.
“Nuestro estudio proporciona dos hallazgos importantes. En primer lugar, los pacientes con SDRA relacionado con COVID-19 tienen una morfología pulmonar y una mecánica respiratoria que coinciden en gran medida con las del SDRA clásico. En segundo lugar, hay un subgrupo de pacientes con SDRA relacionado con COVID-19 que tienen una enfermedad caracterizada por una baja distensibilidad estática del sistema respiratorio y una alta concentración de dímero D, un fragmento proteico presente en la sangre que resulta debido a la degradación del coágulo que se encuentra comúnmente en pacientes con sospecha de trastornos trombóticos.
Éstos aumentan significativamente en el líquido del edema de pacientes con SDRA y tienen una mortalidad marcadamente mayor en comparación con otros pacientes”, afirmaron los especialistas.
El SDRA es una forma de lesión pulmonar que se produce en respuesta a diversos eventos predisponentes y se caracteriza por inflamación, aumento de la permeabilidad vascular pulmonar y pérdida de tejido pulmonar aireado. El diagnóstico de SDRA se basa en hipoxemia severa y opacidades radiográficas bilaterales que ocurren dentro de los 7 días posteriores a la exposición a factores predisponentes conocidos. Las concentraciones de dímero D, un fragmento proteico presente en la sangre que resulta debido a la degradación del coágulo que se encuentra comúnmente en pacientes con sospecha de trastornos trombóticos, aumentan significativamente en el líquido del edema de pacientes con SDRA.
En el futuro, estos resultados permitirán una rápida identificación de los pacientes en los que ensayar tratamientos experimentales con anticoagulantes para evitar daños en los capilares pulmonares, apuntan.