Pintura sin plomo para los niños
La intoxicación por plomo es la principal enfermedad ambiental prevenible en la infancia y constituye un serio problema para la salud pública del mundo por sus conocidos efectos sobre el neurodesarrollo.
Del 25 al 31 de octubre se desarrolla la Semana Internacional de la Prevención de Intoxicación por Plomo.
Según informes de la Organización Mundial de la Salud se estima que entre 15.000 y 18.000 niños en países en vías de desarrollo presentan daños cognitivos- conductuales producidos por el plomo (OMS 2010). La exposición al plomo es uno de los riesgos ambientales a los que se encuentran expuestos los niños en el ambiente donde nacen, crecen, se desarrollan, aprenden, juegan y donde algunos también trabajan. Los niños y las mujeres embarazadas constituyen la población más vulnerable en relación a esta exposición. El plomo es un metal altamente tóxico, que contamina el agua, el aire, el suelo y los alimentos. Es un componente natural de la corteza terrestre pero su presencia en el ambiente ha aumentado en los últimos años debido a diversas actividades humanas.
La exposición crónica en los niños genera preocupación por afectar principalmente el neurodesarrollo con disminución del coeficiente intelectual, dificultades en el aprendizaje, trastornos de conducta, falta de atención o alteraciones de la memoria. En las mujeres embarazadas puede producir abortos, nacimientos prematuros, daños neurológicos irreversibles e incluso llevar a la muerte y también la exposición de los progenitores puede ocasionar daños epigenéticos que se transmiten a la descendencia.
El diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno de esta enfermedad está asociada a un mejor pronóstico en el desarrollo cognitivo conductual de los niños.
Fuente: SAP