Disminuír la intubación de los pacientes con COVID
Uno de los mayores temores de la población a contraer el virus del COVID-19 es tener dificultades respiratorias graves y necesitar asistencia mecánica. Hablamos con la neumonóloga Dra. Ada Toledo (MN85029) en su paso por Misiones. Ella integra el equipo del Hospital de Agudos Juan Fernández y es responsable de la Unidad de Suelo y Ventilación Mecánica del Hospital María Ferrer, ambos ubicados en la ciudad de Buenos Aires.
«El paciente con COVID tiene un compromiso respiratorio porque el contagio es a través de la vía inhalatoria. Puede pasar que tenga solamente rinitis, dolor de garganta, congestión, fiebre, pero también puede tener un compromiso más severo y comprometer el pulmón. Es una enfermedad donde se compromete el todo o la nada. El paciente la pasa muy bien con síntomas mínimos, algunos moderados, pero va a haber un 14 por ciento que van a tener una forma severa y de ese porcentaje que ya tiene un compromiso pulmonar importante, el 19 por ciento puede necesitar ir a terapia intensiva y usar un respirador» explica la Dra. Toledo.
Cuando un paciente tiene insuficiencia respiratoria requiere oxígeno; puede pasar que solamente necesite oxígeno y evolucione favorablemente o va a ir a terapia intensiva, donde precisa otro tipo de soporte ventilatorio antes de ir a un respirador.
» Lo que tenemos que tratar de ver es la posibilidad de disminuir la intubación y la colocación en ventilación mecánica porque tiene más riesgo, tiene una mortalidad más alta y si el paciente sobrevive, tiene secuelas que son importantes como delirio, consecuencias motoras.
Con el soporte no invasivo pudimos demostrar en la unidad de terapia intensiva del Hospital Fernández de Buenos Aires que a uno de cada cuatro pacientes – así se lo vio al periodista Sergio Lapegüe- con una cánula de alto flujo se le puede proveer oxígeno en fracciones muy altas porque el pulmón está comprometido y disminuirle el trabajo de los músculos respiratorios mientras pase este cuadro».
Casos más severos van a requerir el casco que es un helmet, una interfase a través de la cual se provee oxígeno pero también se da presión positiva y se disminuye el trabajo de los músculos respiratorios.
Cómo han logrado desarrollar y producir este sistema?
«Este proceso se hacía antes porque en el tratamiento de la insuficiencia respiratoria hay distintas causas y ya se utilizaban las técnicas de soporte no invasivo como el CPAP y el alto flujo. Con esta pandemia muchas de las sociedades científicas, por el riesgo de contagio del personal, se previnieron. Nosotros conseguimos con la dirección del Hospital Fernández, la aprobación para hacer estas técnicas y demostrar que usando los equipos de protección personal el riesgo era igual que en cualquier otra patología. El contagio fue del 8 por ciento o sea mínimo, y logramos que un paciente en vez de estar 26 día en un respirador permanezca solamente 5 días en la unidad, 12 días en el hospital, y pueda irse a la casa tranquilo».
Acerca de cómo las personas transitan este período, la especialista detalla que «los pacientes con este tipo de soporte están totalmente lúcidos, colaboradores. Están con una cánula, encima tienen un barbijo para mayor protección. Aparte le pedimos que se pongan boca abajo, de cúbito prono, porque lo que tenemos que tratar de recuperar son las bases del pulmón. Por una cuestión simple de gravedad, cuando estamos boca arriba el corazón lo aplasta al pulmón en las partes posteriores, entonces también las vísceras abdominales hacen exactamente lo mismo. Cuando las personas se ponen boca abajo, el corazón no lo presiona el pulmón y las vísceras tampoco. Esas partes posteriores del pulmón se pueden reclutar mientras el paciente está en esta etapa. que en la cual necesita hasta la última parte del pulmón para poder funcionar».
El paciente tiene lo que se llama hipoxemia feliz. No se sabe por qué estos pacientes no tienen sensación de disnea, la sensación de falta de aire, son pacientes que tienen una frecuencia respiratoria de 40 por minuto y no se den cuenta, no tienen una sensación de fatiga. Uno le pone el oxímetro y ve que saturan el 70 por ciento.
Si tratamos de recuperarlo con el oxígeno, con una presión positiva, disminuir el trabajo respiratorio, reclutar los alveolos, se logra disminuir las complicaciones porque muchos estos pacientes van a pasar esa etapa que son 4 ó 5 días sin ninguna complicación y un porcentaje más chiquito va a ir al respirador»,
Con respecto a los equipos, la Dra. Toledo explica que son accesibles. El casco se fabrica en Argentina y su costo no es elevado. Los otros equipos tienen un costo menor que un respirador y lo más importante, no es necesario estar dentro de la unidad de terapia intensiva para su uso. «Los hacemos igual que en Italia y España, en unidades de cuidados respiratorias intermedias donde se traten a las personas cuando ya tienen una neumonía severa.
El objetivo además es dejar las camas de terapia intensiva disponibles para los pacientes que las requieran».
En esta etapa de la pandemia qué se tiene más en cuenta? «Ahora lo prioritario es que nadie se quede sin soporte ventilatorio y dejar el respirador solamente para los pacientes más severos. No se puede bajar la guardia. Uno piensa que la vacuna va a solucionar pero hay que seguir con estos tratamientos, formando más equipos médicos de toda la Argentina que puedan afrontar estos tratamientos. En Misiones se están utilizando estos equipos en el Hospital Madariaga y en el SAMIC de Eldorado. También son muchas las provincias que lo han sumado».