6 de octubre de 2024

Cómo leer la información nutricional en las etiquetas de los alimentos

En su envase cada producto debe contener una etiqueta con su información nutricional. Además de datos que suelen estar más destacados, como el peso y la fecha de vencimiento, allí se encuentran la información necesaria para saber si tal alimento puede formar parte de la dieta y en qué medida.

Pero, cómo se lee. Las demandas por parte de profesionales de la salud, nutricionistas y activistas socioambientales confluyen en un diagnóstico certero: es muy difícil entender las etiquetas de los alimentos que compramos, especialmente de aquellos alimentos llamados de «consumo masivo».

De hecho, existe una Ley de Etiquetado Frontal en nuestro país que fue aprobada por el Senado a fines de octubre de 2020 y está esperando ser tratada en la Cámara de Diputados. Pero hasta entonces, cómo leer la información nutricional en las etiquetas de los alimentos.

Cómo leer la información de las etiquetas

En primer lugar, hay que distinguir la información que habla de la porción individual respecto de la que habla del total del paquete.

Es muy importante prestar atención al tamaño de la porción que se indica en cada alimento, para comprender la cantidad de cada nutriente que contiene para dicha porción».

Como profesional, sugiere visualizar el listado de ingredientes del alimento, teniendo en cuenta que se encuentran mencionados los mismos en orden, desde el ingrediente que existe en mayor cantidad hasta el incluido en una menor cantidad.

En cuanto al aporte de los diversos nutrientes, se expresa el porcentaje que representa sobre una dieta promedio (de 2000 calorías), por lo que si una persona lleva un régimen muy diferente, debe calcular, proporcionalmente, cuánto le significan esos aportes.

Lo primordial no es observar el número de calorías, sino su relación con las grasas: los alimentos más saludables son aquellos que registran una gran diferencia entre el número total de calorías y las que provienen de las grasas. Por el contrario, los más nocivos son los que presentan elevadas grasas saturadas.

En un plan de alimentación saludable, resulta importante ver cómo se componen las calorías que uno ingiere. «Por lo que recomiendo no sólo estar al tanto de la cantidad de calorías consumidas sino también de la calidad de las mismas. No es lo mismo ingerir grasas no saludables (provenientes de frituras, productos de panadería y snacks) que grasas saludables (provenientes de aceites, frutos secos y semillas)», explica Gordon.

En líneas generales, esta es la información nutricional en las etiquetas de los alimentos a la que hay que prestarle atención:

Tamaño de porción: Es la cantidad media de alimento que debería ser consumida por personas sanas en cada ocasión.
Valor energético: Indica cuánta energía se obtiene al consumir una porción. Se expresa en Kilocalorías o Kilojoule.
Valor diario %: Se suele expresar como %VD (porcentaje de valor diario) y muestra qué porcentaje de los valores diarios recomendados aporta la porción de alimento.
Dieta de referencia: Para los fines del rotulado se toma como referencia una dieta de 2000 calorías (8400 Kj).

Qué son las grasas trans

Es un elemento muy mencionado en las etiquetas de diferentes tipos de alimentos. Se producen como resultado de la hidrogenación de ciertas sustancias, como los aceites vegetales, para solidificarlas y emplearlas en la preparación de distintos alimentos (productos de copetín, margarina, etc.). Su consumo excesivo provoca aumentos en los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Los triglicéridos son un tipo de lípidos cuyo exceso es perjudicial para la salud. Puede pasar que un alimento libre de colesterol por su origen –la margarina vegetal es el ejemplo más típico– termine aumentando este elemento por la presencia de grasas trans. En general, cuando un producto no las tiene, su fabricante se preocupa en destacarlo.
Qué son los productos OGM o Transgénicos

El término «organismo genéticamente modificado» (OGM) implica «un organismo cuyo material genético ha sido modificado de una manera no natural». Obviamente, no son orgánicos, pero no implica que sean perjudiciales.
Diet o light

Cuidado, porque no son lo mismo. Usualmente, los productos light tienen la mitad de grasas o sodio o 30% menos de calorías que el original. Los dietéticos pueden tener la misma cantidad de calorías o grasas, pero están modificados con respecto a su composición original. Algo diet puede tener edulcorante en vez de azúcar y ser bueno para un diabético, pero malo para alguien con una dieta reducida en calorías.

Celiacos y «Sin T.A.C.C.»

Cerca del 1% de los argentinos son celíacos, una enfermedad genética apodada la «gran simuladora» porque sus síntomas –diarrea, anemia, erupciones en la piel– se confunden con los del colon irritable. Los celíacos no pueden comer gluten de trigo, avena, cebada ni centeno. Deben buscar alimentos cuyo envase diga: «Sin T. A. C. C.» (sin trigo, avena, cebada ni centeno) o que tenga el ícono de la espiga de trigo cruzada.