8 de septiembre de 2024

Fruta fresca o fruta deshidratada?

Dudamos a veces si es mejor comer fruta fresca o deshidratada.

El consumo de fruta seca está de moda y la oferta es variada.

Unas y otras proceden de árboles, como la manzana, el durazno, y de arbustos como las frutillas y las bananas.

La fruta fresca

Posee un alto porcentaje de agua, y también de fibra, cosa que  proporciona hidratación para el organismo y una ayuda extra para el tránsito intestinal del aparato digestivo.
El aporte calórico es bajo mientras que el aporte de vitaminas y minerales es alto.
Son una opción más que saludable.

 

La fruta deshidratada

Se basa en su composición o contenido en agua. Por lo general,  se trata de fruta deshidratada cuando vamos a encontrar un contenido en agua por debajo del 50 %, mientras que en la fruta fresca este nivel se eleva por encima del 80 % como mínimo, incluso alcanzando hasta el 95 % de contenido en agua.

La fruta fresca se consume en un período de tiempo casi inmediato a su recolección o a los pocos días como mucho, sin ningún tipo de preparación específica o cocinado.

La fruta seca se da por un proceso de desecación artificial, como sería el caso de las frutas deshidratadas, por ejemplo, o bien de forma natural, como sería el caso de los frutos secos, que se encuentran con un contenido por debajo del 50 % en agua. Por ejemplo, las nueces, las avellanas y otros. En este caso se trata de fruta seca menos perecedera.

En el caso de la fruta seca por desecación artificial es importante que tengamos en cuenta que el tamaño de la fruta se ve reducido por el proceso de calor que requiere la desecación. Se consigue reducir su peso hasta un 20 %.
Tiene una mayor concentración de sus nutrientes, por eso es más dulce que el de la fruta fresca.
Si una pieza de fruta fresca, de unos 100 gramos aportaran 60 kilocalorías, la misma cantidad de fruta deshidratada aportará mucha más cantidad de kilocalorías por la concentración de los nutrientes.

Ambos tipos de frutas aportan vitaminas, pero que en el caso de la fruta fresca las vitaminas hidrosolubles sí que se van a mantener, ya que para estar presentes y mantenerse activas, necesitan el agua.

La fruta deshidratada, por su lado, por la acción de la desecación y el calor, al darse esa pérdida de agua, se pierden las vitaminas hidrosolubles. Hablamos de las vitaminas del grupo B y de la vitamina C.

Ambas opciones son apropiadas y la elección entre fruta fresca y fruta deshidratada dependerá del momento de consumirla. Y también si se elige priorizar la fruta sin ningún procesamiento.

 

Es importante la ingesta diaria de fruta fresca. Las recomendaciones indican tres piezas como mínimo al día, enteras, no en jugos.
La opción sería dejar la fruta deshidratada, que va a ser un snack perfecto para una media mañana o un tentempié saludable entre horas.

Una buena idea sería un puñado de frutos secos, por ejemplo, acompañado de un lácteo o una bebida vegetal. Sus condiciones de conservación no requieren de características específicas, por lo que va a ser mucho más cómodo llevarlas con nosotros.