Nuestros huesos y la osteoporosis
Los huesos protegen los órganos internos más delicados y proporcionan al cuerpo una estructura firme.
Cuando la densidad de la masa ósea disminuye, los huesos se vuelven más porosos y más frágiles. Resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Esto es la osteoporosis, una enfermedad del esqueleto que no se manifiesta hasta que la pérdida de hueso es tan importante que se rompe.
Entre los 30 y los 35 años, una persona alcanza, en condiciones normales, la máxima cantidad de masa ósea. A partir de esa edad, se va perdiendo de manera natural, poco a poco.
La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en gran medida de la cantidad de masa ósea que se ha tenido en la juventud. Cuanto mayor sea esa masa ósea, más tejido óseo se tendrá de reserva y menor será la posibilidad de tener osteoporosis en los huesos.
Y la edad es otro condicionante, a medida que pasan los años se va perdiendo masa ósea, así como el género, pues las mujeres son más propensas (sobre todo después de la menopausia) que los hombres a sufrir osteoporosis.
Cómo prevenir la osteoporosis
Para evitar el desarrollo de la enfermedad hay medidas que se pueden tener en cuenta:
- Evitar el sedentarismo.
- Hacer una actividad física adecuada, según la edad y la forma física de cada uno, así como llevar una dieta rica en alimentos con calcio y proteínas y evitar el exceso de sal.
- Moderar la exposición al sol.
- En personas mayores, hacer ejercicio de manera regular y adaptada a su edad, que, aunque no beneficie a la masa ósea, puede ayudar a disminuir las caídas.
- Las personas mayores pueden reducir la posibilidad de caídas, extremando ciertas medidas como el uso de bastones o andadores para caminar si fuese necesario, y adaptar la casa para esquivar caídas a ciertas edades.
Normalmente, la pérdida de masa ósea no presenta síntomas, pero es importante acudir al especialista cuando se siente dolor de espalda, pérdida de estatura, postura encorvada o un hueso que se rompe con más facilidad de lo esperado.