La tiroides, su funcionamiento y cómo mejorarlo
La tiroides es una de las glándulas más importantes para la salud del cuerpo y su función es segregar hormonas y regular el metabolismo del cuerpo humano.
Hay millones de personas en el mundo con problemas de tiroides, aunque gran parte no lo sabe porque no reconocen sus síntomas. Las mujeres son la población más afectada, en especial en edad adulta.
Cuando esta glándula tiene problemas para funcionar correctamente, su actividad se altera y puede dar lugar a enfermedades que disminuyen la calidad de vida.
Los dos trastornos principales que desarrolla son:
Hipotiroidismo: Se produce cuando baja la actividad de la glándula y no produce la cantidad suficiente de tiroxina, hormona responsable de su adecuado funcionamiento en el metabolismo.
Hipertiroidismo: En este caso ocurre todo lo contrario. La glándula segrega demasiada tiroxina, lo que acelera el metabolismo excesivamente, y causa otros problemas en el organismo.
El cuidado de nuestra tiroides
Aunque no tengamos problemas con esta glándula, cuidar de nuestra tiroides con algunas prácticas nos ayudará a optimizar su funcionamiento, lo cual repercutirá en nuestro bienestar general.
- Aprender a manejar el estrés. El mal manejo del estrés es uno de los factores que influyen en la aparición de desbalances de las funciones de la glándula tiroides.
Si bien pareciera que no tienen nada que ver, la continua exposición a sus efectos puede reducir la capacidad del cuerpo para utilizar las hormonas tiroideas.
Esto se debe al aumento de la producción de cortisol, una sustancia química que impide que las hormonas de la tiroides entren en las células del cuerpo.
- Incluir yodo en la alimentación. El bajo consumo de fuentes de yodo es una de las causas principales de insuficiencia de hormonas de la tiroides, trastorno conocido como hipotiroidismo. Nuestro cuerpo no tiene la capacidad de crear este nutriente por sí mismo, por lo que debe obtenerse de alimentos saludables como mariscos, queso, huevos, arándanos, sal de mesa, yogur orgánico, papas.
- Consumir alimentos con zinc. La deficiencia de zinc en el organismo puede conducir al desarrollo de los dos principales trastornos de la glándula tiroides: hipertiroidismo e hipotiroidismo. La falta de este nutriente produce descontroles en la actividad de las hormonas tiroideas.
Puede absorberse con el consumo de suplementos, pero hay alimentos que ayudan: pescados y mariscos, carne magra de res, cerdo, pollo, espinacas, frutos secos, semillas y chocolate amargo.
- Obtener suficiente magnesio. El magnesio es otro de los minerales esenciales que ayudan a mejorar su funcionamiento. Es uno de los nutrientes de difícil absorción y, aunque está presente en muchos alimentos, es del que se tiene mayor carencia.
Se puede adquirir en suplementos y obtenerse de alimentos como: palta, huevos, espinacas, maíz, banana, salvado, cacao en polvo, frutos secos y semillas de calabaza, lino y girasol.
- Realizar ejercicios regularmente. Uno de los beneficios poco conocidos del ejercicio físico es que influye para mejorar el funcionamiento de tu tiroides. Está recomendado ya que permite equilibrar el trabajo metabólico del cuerpo.
Su práctica, entre otras cosas, mejora el estado de ánimo y ayuda a mantener un buen nivel de energía física y mental.
También es importante hacerse chequeos médicos regulares para detectar si está presentando alguna anormalidad.