5 de diciembre de 2024

La violencia naturalizada en la televisión

Las imágenes de violencia que muestra la televisión son casi permanentes. Los niños y jóvenes pueden aprender de esa violencia, aunque no sea el único lugar donde la pueden ver.

La psicóloga Lic. Almirón toma este tema y lo comenta en nuestra web.

Algunos autores hablan de modelizar, yo diría de cómo se banaliza la violencia en la televisión. Los programas, donde están la imagen y la palabra, muestran todo el tiempo escenas de asalto, tiros, muertes. Esto lentamente produce un efecto de acostumbramiento.

La repetición es permanente en los noticieros, sobre todo en los de canales nacionales que son de audiencia mayoritaria en todo el país. La agresividad y  la violencia parecen temas o conceptos parecidos, pero no lo son.

Todos los seres humanos tenemos lo que se llama la agresividad necesaria para la vida, para defendernos cuando hay situaciones de agresividad. Pero no tiene que ver con la posibilidad del ataque al otro. Eso es la violencia, cuando está dirigida a otra persona. Una cosa es la agresividad necesaria para la supervivencia, para desarrollar acciones.

La violencia aparece en nuestra cultura, es la hostilidad. Con armas o sin ellas. No es solamente una cuestión física, también está la cuestión cultural, donde aparece por ejemplo el fanatismo.

En la época de los griegos y los romanos se valorizaban figuras femeninas o masculinas fuertes que podían producir efectos  como lesiones, matanzas, etcétera. O sea que no es algo nuevo en la historia de la humanidad.

 

Evidentemente hay una sociedad de tono violento

La violencia está en lo cultural, en lo familiar. Los insultos, el maltrato, las agresiones, existen dentro del grupo familia.

Cuando alguien fue educado en un sistema de violencia y no tiene otro modelo para comparar, tiene respuestas violentas ante algunas situaciones.

 

La violencia en la televisión

Aparece como elemento de identificación en niños y jóvenes. Yo agregaría también los videojuegos donde son todas situaciones de guerra y de combate. Quien tiene más fuerza vence, es siempre el concepto. Pasan horas jugando, encerrados en una distancia donde no hay noción, está suprimido alguno de los sentidos.

Sentados frente al televisor miramos cómo ocurren muertes espantosas. Esto se va banalizando  y tomando como si eso fuese normal, habitual. Pero mueve rasgos que pueden hacer que un contenido violento sea más o menos peligroso.

Primero, la naturaleza del agresor. Algunos dicen que hasta se puede empatizar porque es  buen mozo, agradable. Y las caracterizaciones. Los narcotraficantes son latinoamericanos,  feos, morochos, por ejemplo. Los capo mafia son italianos, los malos parecen rusos, chinos, árabes.

La extensión de la violencia no es solamente con uno, sino que se extiende a otras situaciones. Es importante ver el grado de realismo de esa situación violenta. Por ejemplo, cuando disparan más tiros para asegurarse que no alcanza con uno o con dos.

Se va modelando cuando hay una justificación de la violencia, de la guerra, de la presencia de armas. Mostrarlas es algo natural.

Y lo peor, lo más perverso, desde mi punto de vista como psicóloga, es como se muestra eso, una degradación del ser humano. Porque una cosa es la matanza en una pelea de bandas, en la guerra, en una vendetta, que no quiere decir que esté bien.  Van mostrando también las situaciones de tortura donde se lastima, se daña, se corta, se hace sufrir y doler a las personas. Todo se muestra.

Las series policiales televisivas  además de los enfrentamientos, dejan ver claramente otras cosas como los momentos de la autopsia de los cadáveres. Se observa cómo meten las manos, sacan  las vísceras y ponen en el recipiente. Es perverso mostrar estas escenas reservadas para la medicina, para los peritos.

También con las mujeres, el padecimiento, el abuso sexual, mostrarlas desnudas muertas, etc.

 

Nos acostumbramos a ver eso, nos acostumbramos a ver esto que se describe e inconscientemente penetra. Entonces eso forma un modelo de aprendizaje.

Lo audiovisual es un modelo que también ha ido cambiando en cuanto al tipo de imágenes que se utilizan. Los dibujitos infantiles tienen violencia y ahí también los chicos aprenden. De produce un acostumbramiento. No hay dimensión de cómo penetran los conceptos, de esta modelización.

También está el humor como acompañamiento de la violencia. Aparecen personajes  haciendo un humor ácido o riéndose. Se banaliza y justifica la violencia. Aparece la amenaza de lo vamos a matar, o una cosa por el estilo, dicha de una manera muy humorística.

Vamos hacia una sociedad en la que lamentablemente nos volvemos más agresivos. Diría más hostiles y más agresivos .