El ruido del tránsito altera la salud cardíaca
La contaminación acústica del tráfico multiplica los casos de hipertensión.
Así lo expone un estudio realizado por el profesor Jing Huang y su equipo de la Universidad de Beiging, China.
Publicado en la revista JACC Advances, el trabajo refuerza la relación entre el ruido del tráfico y la hipertensión. Los investigadores recogieron información del Biobanco del Reino Unido de más de 240.000 personas de entre 40 y 69 años que no tenían hipertensión. Las siguieron durante una media de ocho años, estimando el ruido al que se vieron expuestas a partir de la dirección en la que vivían, y registraron cuántas desarrollaron la dolencia.
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura en todo el mundo y se estima que alrededor de un tercio de los adultos la padecen, aunque no sean conscientes.
El ruido excesivo como la polución fueron incluidos en 2021 por la Sociedad Europea de Cardiología entre los aspectos que se pueden modificar para reducir los riesgos de la hipertensión en la población.
Los datos muestran que el riesgo de una excesiva presión sanguínea está relacionado con la dosis de ruido a la que se vieron expuestas. Los investigadores han conseguido pruebas más fiables y dan argumentos a quienes defienden que regular el tráfico, reduciendo tanto el ruido como la contaminación del aire, es una medida útil para disminuir los problemas de salud cardiovascular y otras enfermedades en toda la población.
La costumbre del ruido
El ruido crónico elevado puede ser más peligroso. Se convierte en costumbre y con el tiempo, puede aumentar la presión arterial y ser una variable que después incremente el riesgo de ictus o infarto.
El cuerpo vive el ruido como una agresión, y cuando se necesita repeler una agresión, lo primero que es aumentar tu presión arterial.
Los autores del estudio consideran que sus hallazgos son una llamada de atención a las autoridades, para que alivien el impacto del ruido del tráfico como parte de un esfuerzo social, aplicando medidas de control más estrictas, mejorando las carreteras y el diseño urbano y fomentando la inversión en vehículos más silenciosos.