4 de marzo de 2025

Las carencias energéticas persisten en el mundo

675 millones de personas no tienen electricidad y 2300 millones usan combustibles nocivos para cocinar

Un nuevo informe publicado hoy martes por la Organización Mundial de Salud revela retrasos en el acceso a energías básicas y la necesidad de invertir en renovables. Esto es determinante en muchos lugares para el acceso a la salud y a mejores condiciones de vida de la población.

La Agencia Internacional de Energía, la Agencia Internacional de Energías Renovables, la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud alertan de que el mundo está lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 sobre la energía en 2030.

Este año se cumple la mitad del periodo fijado para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aquí a 2030. La propuesta es mejorar enormemente la salud y el bienestar de las personas, ayudar a protegerlas de riesgos medioambientales y sociales como la contaminación atmosférica y permitirá ampliar el acceso a la atención y los servicios de salud básicos.

En el informe de seguimiento del ODS 7 (Tracking SDG 7: The Energy Progress Report) correspondiente a 2023 se advierte de que las medidas adoptadas hasta el momento no bastarán para alcanzar a tiempo el objetivo.

Frente a la crisis energética mundial, se deberían potenciar las energías renovables y mejorar la eficiencia energética.

El informe señala que la deuda creciente y el aumento de los precios de la energía reducen las posibilidades de lograr el acceso universal a la electricidad y los medios no contaminantes para cocinar. De acuerdo con las previsiones, 1900 millones de personas carecerán de acceso a métodos no contaminantes para cocinar y 660 millones no tendrán acceso a la electricidad en 2030 si no tomamos nuevas medidas y no perseveramos en los esfuerzos actuales.

Estas carencias repercutirán negativamente en la salud de las personas más vulnerables y acelerarán el cambio climático.

El mundo aún está lejos de lograr el acceso universal a métodos no contaminantes para cocinar en 2030. Hay 2300 millones de personas que siguen utilizando combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar, principalmente en África subsahariana y Asia. Por ejemplo, los hogares pueden dedicar hasta 40 horas a la semana a recoger leña y cocinar con ella, y el uso de esta biomasa tradicional impide que muchas mujeres busquen empleo y participen en los órganos locales de decisión y que los niños vayan a la escuela.

Según los cálculos realizados por la OMS en 2019, 3,2 millones de personas fallecen cada año prematuramente debido a la contaminación del aire en los espacios cerrados generada por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar.