Día del médico rural

Mañana 4 de julio se conmemora el Día Nacional del Médico Rural en homenaje al nacimiento del Dr. Esteban Laureano Maradona. Un médico que vivió en la humildad y se dedicó a sanar a las personas en situación de vulnerabilidad social, particularmente con las comunidades originarias del noreste argentino.
A través de la figura de Maradona se recuerda a los médicos que atienden en zonas alejadas de las ciudades, en sitios rurales donde el acceso no siempre es fácil por la geografía, condiciones climáticas y otros motivos. Son los médicos que recorren la periferia y llegan a parajes distantes para atender a familias que no tienen otra forma de recibir atención y cuidado para su salud.
El Dr. Maradona
Nació en la ciudad de Esperanzan, Santa Fe, en 1985. Obtuvo su título de médico en la Universidad de Buenos Aires en 1926, con diploma de honor. Durante sus estudios fue discípulo de Bernardo Houssay. Hacia 1930, se radicó en la localidad de Resistencia, Chaco, donde instaló su consultorio. Tiempo después se trasladó a la Isla del Cerrito, una zona de la provincia donde la lepra hacía estragos e impulsó la construcción de un lazareto para la atención de los enfermos. Luego partió rumbo a Paraguay donde comenzaba la Guerra del Chaco Boreal. Ofreció sus servicios de médico y, aunque pasó un tiempo en prisión sospechado de espionaje, pudo ejercer su profesión en el Hospital Naval, donde fue designado director.
Durante más de 50 años, Esteban Laureano Maradona residió en Estanislao del Campo, una pequeña localidad de la provincia de Formosa, brindando ayuda y apoyo a las comunidades toba, mataco, mocoví y pilagá. Realizó grandes aportes al conocimiento de las colectividades del noreste argentino, estudió sus costumbres e incorporó a sus conocimientos los de la medicina tradicional aborigen.
Entre sus obras se destacan la construcción de una colonia para personas con lepra y también la fundación de la primera escuela bilingüe del país, un pequeño establecimiento educativo que, en Formosa, brindaba clases para integrantes de pueblos originarios, utilizando en parte su lengua madre. Además, escribió libros como “A través de la Selva”, “Recuerdos campesinos”, “Una planta providencial”, “Animales cuadrúpedos americanos”, “Aves”, “Historia de los obreros de las ciencias naturales”, “El problema de la lepra”, “Plantas cauchígenas”, entre otras obras.
Se destaca siempre su trabajo solidario y esforzado para atender a las personas más necesitadas.
Falleció en la ciudad de Rosario el 14 de enero de 1995, a los 99 años. Es recordado como el “Doctorcito Dios”, el “Doctor Cataplasma”, el “Doctorcito Esteban”, el “médico de los pobres”, como lo llamaban sus pacientes, con profunda devoción.
La etapa rural del Dr. René Favaloro
En mayo de 1950, el joven médico René Favaloro llegó a Jacinto Aráoz, pequeña población de la provincia de Buenos Aires, para realizar el reemplazo temporario del médico del lugar. Se quedó doce años atendiendo, recorriendo caminos a veces intransitables, ocupándose de sus pacientes.
«Quién iba a decir que tres meses se transformarían en doce años de tanta trascendencia para el resto de mi vida» escribió el Dr. Favaloro.