Recomendaciones para reducir el consumo de sal
El consumo habitual de sal en exceso es perjudicial para la salud: aumenta la presión arterial a cualquier edad y contribuye a las enfermedades del corazón, principal causa de muerte en la población adulta de nuestro país.
En Argentina, se estima que el consumo de sal es muy elevado: 10-12 gramos por día; la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda menos de 5 gramos diarios (1 cucharadita). Además, se calcula que la mayor cantidad de sal que consumimos proviene de los alimentos procesados, y no de la que añadimos al cocinar o comer.
Sal y sodio
Muchas veces usamos estos términos indistintamente, pero son diferentes. La sal es un compuesto que abunda en la naturaleza y está formada por el mineral sodio, responsable del sabor salado. Los alimentos naturales (frutas, verduras, legumbres y carnes frescas) aportan pequeñas cantidades de sodio que son las que nuestro organismo necesita para su funcionamiento.
Tipos de sal
La sal (cloruro de sodio) es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación. Pero podemos distinguir entre la sal visible, aquella que agregamos al cocinar o servir las comidas en la mesa, y la sal invisible, la que proviene fundamentalmente de alimentos procesados (por ejemplo: fiambres, embutidos, caldos, conservas, etc.), que aportan alrededor del 70% del sodio consumido.
La sal tiene múltiples usos en la elaboración de alimentos: conservar, aportar humedad, textura, color, entre otros. Además de añadirse específicamente como sal, el sodio se incorpora como parte de aditivos, es decir compuestos que cumplen funciones específicas, por ejemplo: leudantes químicos (bicarbonato de sodio), resaltadores del sabor (glutamato de sodio), conservantes (lactato de sodio), etc.
Alimentos con mayor contenido de sal
Los grupos de alimentos que aportan mayor cantidad de sal son: panificados, galletitas, productos de copetín; productos cárnicos; quesos, sopas, caldos, aderezos y conservas. Algunos alimentos contienen elevada cantidad de sal y no son salados, ya que suelen presentar otros ingredientes que enmascaran su sabor.
Reducí la sal en casa
- Moderá el consumo de alimentos procesados.
- Cociná sin sal, y de ser necesario, agregá un poco luego de la cocción.
- Evitá el salero en la mesa, también contribuye a desarrollar un hábito saludable en los niños.
- Realzá el sabor de las comidas con hierbas aromáticas frescas, especias, jugo de limón, ajo, etc.
- Aumentá el consumo de frutas y verduras.