5 de marzo de 2025
La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda que afecta, sobre todo a los menores de 1 año, las vías aéreas pequeñas (inflamación de los bronquiolos).
Provoca distintos grados de dificultad para respirar y se manifiesta con agitación, tos, decaimiento, dificultad para alimentarse o dormir.
 
Es fundamental controlar que el compromiso respiratorio no afecte la oxigenación normal y asegurarse de que el bebé pueda alimentarse e hidratarse lo suficientemente bien, pese a la dificultad respiratoria.
 
La mayoría de los niños y niñas con bronquiolitis se curan en aproximadamente 2 semanas, En algunos casos pueden quedar con mayor sensibilidad bronquial durante un tiempo y ser propensos a cuadros recurrentes de dificultad respiratoria.

 

Cuándo sospechar que un bebé tiene bronquiolitis

Si tiene uno o más de estos signos:

  • Respiración muy rápida
  • Aletea la nariz
  • Se le hunde el pecho o las costillas al respirar
  • Se queja mientras respira
  • Entrecorta la alimentación o le cuesta prenderse al pecho
  • Esta irritable o le cuesta dormirse
  • Color azulado en la piel, las uñas o los labios debido a la falta de oxígeno (cianosis): en este caso necesita tratamiento urgente

 

Cómo prevenir la bronquiolitis y otras infecciones respiratorias

Los virus que causan infección respiratoria aguda se transmiten de una persona a otra por el contacto directo entre las manos y superficies contaminadas, y a través de las secreciones nasales o las gotitas de saliva que viajan por el aire cuando una persona enferma habla, estornude o tose.

 

Las siguientes medidas contribuyen a prevenir las infecciones respiratorias:

  • Mantener la lactancia materna.
  • Cumplir con elcCalendario nacional de vacunación.
  • No exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de braseros o estufas a leña.
  • Higienizar frecuentemente, con agua y jabón, los elementos del bebé (chupetes, juguetes) y las superficies donde se lo cambia o donde se preparan sus alimentos.
  • Practicar el lavado de manos frecuente, a los niños y a los convivientes, con agua y jabón. Se puede reforzar la higiene con alcohol en gel.
  • Ventilar los ambientes de la casa al menos una vez al día.
  • Mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.

 

Si un niño o una niña presentan signos de dificultad respiratoria hay que consultar al equipo de salud para que sea evaluado.