6 de diciembre de 2024

Chau a las gotitas, ahora con jeringa

Desde hoy 1º de junio deja de aplicarse en nuestro país la vacuna oral Sabin contra la poliomielitis y sólo se utilizará la inyectable tipo Salk.

Las autoridades de salud de la Nación calificaron como un hecho histórico la medida, indicando que «Estamos a un pasito de erradicar la segunda enfermedad del mundo, después de la viruela».

Las gotitas de la vacuna Sabin ayudaron a terminar con la polio y fue aplicada en Argentina desde el año 1971. El último caso registrado de poliomielitis en nuestro país fue en el año 1984.

De ahora en más se utilizará sólo la vacuna inyectable tipo Salk, más completa que la Sabin y con menos posibilidades de generar complicaciones derivadas del propio virus que se utiliza en su elaboración.
De acuerdo a la resolución 814 del 22 de abril, el Ministerio de Salud de la Nación decidió modificar el esquema de vacunación siguiendo una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El nuevo esquema deja a la vacuna oral polivalente (bOPV) más conocida como Sabin, y pasa a la vacuna inactivada (IPV) también conocida como Salk.  Constará de 3 dosis a los 2, 4 y 6 meses de edad y un refuerzo en el ingreso escolar entre los 5 y 6 años.

En la resolución del Ministerio de Salud de la Nación se explica que la vacuna Sabin logró «el objetivo final de erradicar la poliomielitis y controlar brotes, los casos provocados por poliovirus (PV) salvajes han disminuido en más de un 99%, de 350.000 estimados en 1988, a 156 notificados en 2019».
Aclara que la vacuna tipo Salk resulta más completa para combatir todos las variantes del virus. «La amenaza de reintroducción del virus continúa vigente debido a que todavía no ha sido erradicado y, de tal forma, es posible que ocurran importaciones», dice el texto de la resolución.

La primera vacuna desarrollada contra la poliomielitis, una enfermedad muy contagiosa que no tiene cura y afecta principalmente a los niños, fue presentada oficialmente el 12 de abril de 1955 por el presidente norteamericano Dwight Eisenhower y desarrollada por Jonas Salk. En Argentina, comenzó a aplicarse al año siguiente.
En 1961, Albert Sabin desarrolló la vacuna que además de ser vía oral, es elaborada a partir de «virus vivos», y esto permite que de la misma manera en que la enfermedad se contagia, la vacuna transmita la inmunización.