Por qué gritar y cantar implican un riesgo de contagio de coronavirus
La secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti, dijo que elevar el tono de voz aumenta las posibilidades de propagación del virus. Las razones
“Necesitamos realmente jerarquizar las actividades de más riesgo, las actividades en lugares cerrados, por tiempo prolongado, con personas próximas, sin tapabocas, realizando acciones intensas como hablar fuerte, como gritar, como cantar, como reírse, ni hablar toser o estornudar sin cubrirse a boca con el pliegue del codo: son actividades que por más que la persona que esté con nosotros no tenga síntomas, puede estar incubando el virus, podemos ser parte de la cadena de transmisión”, recomendó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.
La guía especifica de los CDC establece que la carga viral requerida para iniciar la enfermedad es de aproximadamente 1.000 partículas virales. Esto hace que el virus que causa COVID-19 se propague de manera muy fácil y sostenida entre las personas.
La respiración normal tiene una carga aproximada de 20 vp por minuto, mientras que al hablar se lanzan aproximadamente unas 200 vp por minuto.
El láser que registraba la cantidad de gotas recogió 347 destellos cuando el enunciado se profería a voz en grito y 227 cuando se articulaba a un volumen moderado.
Otra de las actividades que implica un riesgo de contagio, es el canto, como modalidad de elevar el tono de voz. De hecho, el pasado 17 de marzo, los 61 integrantes de un coro de Washington, Estados Unidos, se reunieron en un espacio cerrado para ensayar. Uno de ellos estaba infectado y contagió al menos a otros 32, de los cuales tres tuvieron que ser hospitalizados y dos fallecieron.
Una vez más, el modo más eficaz para prevenir el contagio no es otro que el del distanciamiento social.
recomiendan mantener una distancia de 1,8 metros de otras personas para minimizar la posibilidad de infección. Una forma de calcular esa distancia es pensar que es más o menos el doble del brazo extendido de una persona promedio.
Al eliminar todas las interacciones personales no esenciales, podemos ayudar a achatar la curva, y mantener la cantidad de personas enfermas en un nivel que sea manejable para los profesionales de salud.