¿Cuáles son las secuelas del paciente covid tras ser dado de alta?
Poco se sabe y pocas evidencias científicas hay alrededor de las infecciones por Covid-19, en el momento actual.
Pero lo que sí se conoce es que, aproximadamente, un 10% de los pacientes que ingresan en el hospital terminan requiriendo cuidados intensivos y, en ellos, las consecuencias de la enfermedad y de las múltiples terapias intervencionistas aplicadas, son devastadoras para su futuro inmediato y en ocasiones para toda su vida.
El paciente COVID19 sufre una severa tormenta de citoquinas y de otras sustancias inflamatorias, lo que trae consigo el fracaso de múltiples órganos- no solo el pulmonar- y, entre otros, destaca por su asidua afectación: el renal, el hepático, el neurológico, el hematológico, el endocrinológico, el hemodinámico y el de la coagulación.
También la inmovilización prolongada con posturas poco fisiológicas como el decúbito prono prolongado, provoca lesiones nerviosas, que pueden afectar tanto a los miembros inferiores como a los superiores, siendo una de las más frecuentes la afectación del plexo braquial, provocando paresias que requieren cuanto menos, meses de dura rehabilitación.
Sin olvidar que la gravedad de la enfermedad y la agresividad de las terapias administradas para el mantenimiento del paciente, con sedaciones prolongadas y necesidad de polimedicación, conllevan cuadros confusionales agudos y deterioro prolongado e incluso permanente de la capacidad cognitiva, memoria y capacidad de raciocinio, necesitando de la rehabilitación por los equipos de terapia ocupacional.
Se sabe que en un 78% de los pacientes que son egresados, aparece algún tipo de anomalía cardíaca, que se prolonga más allá de los dos meses de ser egresados.
Otro de los órganos que continúa alterado al alta es la función renal, muchos de estos pacientes tienen necesidad de hemodiálisis y su filtrado glomerular al alta todavía no está recuperado, pudiendo persistir esta situación e incluso hacerse crónica.
También y debido a las importantes alteraciones de la coagulación, muchos han sufrido isquemias de miembros y tromboembolismos, siendo no excepcional, la necesidad de amputaciones de partes acras de extremidades.
Pero quizá, el cuadro que presentan y temen todos los enfermos que han tenido que ser sometidos a terapias ventilatorias durante tiempo prolongado, es la aparición del síndrome postraumático. El síndrome de estrés postraumático aparece en el 20% de los enfermos que sobreviven a un ingreso en estas dependencias, llegando a mermar su calidad de vida.
Cursa con serios problemas psicológicos y psiquiátricos como ansiedad, depresión, falta de concentración, imposibilidad de conciliar el sueño, pesadillas nocturnas, huecos vacíos en su memoria y temor permanente que les impide reintegrarse a su vida cotidiana; cobrando mucha importancia, la colaboración estrecha de psicólogos y psiquiatras, para que la persona termine por entender lo que le ha pasado y cómo afrontarlo.